Georreferenciar para visibilizar: la importancia del alcance geográfico en los conjuntos de datos de investigación
Incluir de manera adecuada la localización geográfica debe considerarse una práctica fundamental para que los conjuntos de datos de investigación adquieran un mayor valor científico, social y estratégico.

La localización geográfica constituye un elemento fundamental en la gestión y descripción de un conjunto de datos de investigación. Conocer la ubicación bajo la cual se recolectaron, generaron o crearon los datos implica contextualizar el origen espacial de los mismos.
Incorporar esta información no solo enriquece los metadatos, sino que permite contextualizar los resultados, fomentar la reproducibilidad y favorecer la interoperabilidad con otros conjuntos de datos. De esa manera los conjuntos de datos de investigación se alinean a los principios FAIR (localizables, accesibles, interoperables y reutilizables).
¿Qué implica consignar la localización geográfica en un conjunto de datos?
El formulario del Banco de datos del SIGEVA brinda diferentes opciones para representar la localización de los datos:
- Por nombre geográfico: provincias, ciudades, regiones u otras toponimias, en Argentina o en el resto del mundo.
- Por punto: mediante coordenadas específicas (en formato decimal o en grados), con la posibilidad de nombrar el punto de referencia.
- Por polígono: delimitando un área más amplia con un conjunto de coordenadas que representen el perímetro de la zona de estudio.
En aquellos casos en que los datos no tengan una localización determinada —por ejemplo, simulaciones computacionales o análisis conceptuales—, es posible indicar “sin localización geográfica” y justificar el motivo.
¿Por qué es relevante esta información?
- Precisión en la interpretación: los datos asociados a un lugar específico adquieren un valor añadido al poder vincularse con variables ambientales, sociales o culturales propias de esa región.
- Facilita la integración: permite el cruce con otros conjuntos de datos georreferenciados, lo cual potencia nuevas líneas de investigación.
- Visibilidad y reutilización: la correcta descripción geográfica aumenta la posibilidad de que otros investigadores encuentren y reutilicen los datos.
- Impacto en políticas públicas: los datos localizados pueden ser un insumo directo para la planificación territorial, ambiental y social.
Consideraciones para el equipo de investigación
Al momento de gestionar los datos de investigación, se recomienda:
- Priorizar el uso de coordenadas en formato decimal, por su mayor estandarización y facilidad de interoperabilidad.
- Definir si corresponde consignar un punto o un polígono, en función del alcance real de la investigación.
- Mantener coherencia entre el resumen y la descripción del conjunto de datos, mencionando la localización cuando sea un factor central.
La correcta inclusión de la localización geográfica debe ser una práctica esencial para propiciar que los conjuntos de datos de investigación tengan mayor valor científico, social y estratégico. Una descripción geográfica clara y precisa fortalece la integridad de los registros, multiplica sus posibilidades de reutilización y respalda que los datos cumplan con los estándares de calidad esperados.
Conozca más información sobre la localización geográfica en los conjuntos de datos de investigación en ¿Cómo autoarchivar en el Banco de Datos del SIGEVA?